jueves, 1 de marzo de 2012

El Beneficio Por Acción

Quiero comenzar con éste una serie de artículos sobre las magnitudes más importantes que aparecen en los estados financieros de las empresas  y que son de vital importancia a la hora de llevar acabo la valoración de las mismas. El beneficio por acción ( BPA) es uno de los más utilizados, pero debemos diferenciar entre la magnitud básica y la diluída. Por BPA básico entendemos el resultado que surge del cociente entre el beneficio neto del ejercicio y el número de acciones ordinarias emitidas. Sin embargo el concepto más importante y que no hay  que pasar por alto es el efecto dilutivo que pueden tener deteriminados productos financieros que la empresa presenta en su balance y que están a caballo entre los recursos propios y el pasivo. Así, por dilución entendemos la reducción en las ganacias por acción o el aumento de las pérdidas por acción que resulta de asumir que los intrumentos convertibles se van a convertir, que las opciones o warrants se van a ejercitar o que se emitirán acciones ordinarias si se dan las condiciones necesarias. En muchas ocasiones el BPA básico y diluído suelen coincidir y en el caso de diferir, utilizaremos la magnitud diluída al realizar nuestros cáculos de valoración.

Así a la hora de estudiar el BPA que aparece en los estados financieros de una empresa hay que tener en cuenta una serie de aspectos. Por un lado, como cualquier otro ratio, por sí solo no nos muestra una información relevante, por lo que para entender cuales son sus implicaciones debemos comparar su magnitud y evolución en diferentes momentos del tiempo, analizar su tendencia así como realizar una comparación con el BPA del sector en cuestión.

El BPA se puede ver afectado por la evolución del beneficio o del número de acciones, por lo que habrá que prestarle especial importancia a sus dos componentes. Será muy importante que el beneficio neto esté formado por ingresos recurrentes y no por desinversiones de la empresa. Es importante analizar su tendencia a lo largo de varios ejercicios atendiendo a los factores que provocan cambios en él. Por otro lado es preferible que el BPA aumente por el incremento del beneficio que no por la reducción de las acciones en circulación, por ello hay que estar también atentos a las posibles procesos de compra o venta de sus propias acciones que puede llevar a cabo la empresa a finales de cada ejercicio, ya que puede ser un intento de maquillaje del dato del BPA.

Por último cabe señalar la problemática vinculada a la magnitud del beneficio por acción, y que puede distorsionar el resultado del valor intrínseco calculado. La principal crítica que se le puede hacer es que existen ciertos aspecto que debilitan su consistencia como por ejemplo el hecho de que el benficio sea una opinión, una predicción que depende de resultados futuros, por lo que una magnitud como el flujo de caja libre aportaría mayor fiabilidad a la hora de aportar información. A los accionistas el dividendo se le paga con tesorería, a los acreedores se les paga los intereses con tesorería... La magnitud FCF/acción sería más adecuada pues  nos daría una medida de cuantas unidades monetarias de efectivo generan cada unidad monetaria de capital. Por otro lado, el calculo del BPA indica que cada unidad monetaria de capital genera el mismo rendimiento y las mismas unidades monetarias de resultados . El cálculo del número de acciones se realiza de modo dinámico, teniendo en cuenta el periodo de tiempo que cada acción ha estado en circulación, mientras que se entiende que el beneficio se ha generado linealmente a lo largo del ejercicio. Ambas situaciones son discutibles desde un punto de vista  económico-financiero.

No hay comentarios: